domingo, 15 de agosto de 2010

Capítulo noveno: Dublín

Irene recuerda a cada momento todo aquello. Cuando puede cierra los ojos e imagina que vuelve allí, a ese país de tiempo indeciso, de cosas caras y de puertas –y gente- de colores. Se piensa allí y siente una repentina sensación parecida a la felicidad que sintió cuando llegó.

Y es que lo echa de menos. Lo extraña exageradamente. Tres semanas en las que sus preocupaciones se limitaban a pensar qué comería o si iría a alguna excursión. Tres semanas llenas de asuntos profundamente superficiales, superficialmente profundos. Sorprendentemente llenos de sinsentido para ella, a pesar de que le importaran más de lo que quisiera admitir. Asuntos que sabía, tendrían su fin, algo que los hacía aún menos importantes.

El caso es que esas tres semanas la curaron un poco de todo. La desengancharon de su vida, de sus preocupaciones no tan banales en ella y de todo lo que la hacía perder las ganas. Veintiún días que la hicieron otra, según dicen.

Conoció lugares, rincones, estados de ánimo y personas, sobre todo personas, que la hicieron pensar. Y es que tres semanas no son suficientes para conocer todos los recovecos de quien te acompaña cada rato, pero sí unos pocos. En tres semanas, en algunos casos dos, Irene llegó a querer a quien conoció mejor, pudo apreciar esas conversaciones sobre cualquier tema que la hacían sentirse tan bien, fue capaz de perdonar a quien ya conocía de antes y supo que tendría que conocer mejor a ciertas personas que demostraron tanto siendo tan poco. En tres semanas Irene pudo respirar profunda y tranquilamente y darse cuenta de que había un lugar para ella, en el que el tiempo cambiaba tanto o más como su estado de ánimo, en el que las puertas de colores la hacían sonreír, y en el que los bares en penumbra con música en directo la llenaban de satisfacción.

Y hoy, cuando hace apenas unas horas que dejó todo aquello, le da por pensarse en una burbuja que la hace flotar, sin saber si esa burbuja es aquel lugar en el que estuvo o este otro en el que se encuentra ahora. Sin saber si fue real, si es real, si será alguna vez real.


Porti