martes, 8 de junio de 2010

Capitulo Segundo

No sabía quién vivía en el ático, lo cierto era que tan sólo en una ocasión escuchó cierto ruido venido de él, tal vez estuviera habitado por fantasmas, se dijo primero, pero ella no creía en los fantasmas y buscó algo mejor.
Rápidamente, inventó la historia de un misterioso asesino que se escondía allí y contemplaba la ciudad por las noches, desde la terraza. Imaginarse a un hombre de rostro demacrado destripando en aquel ático a sus inocentes víctimas le pareció pronto demasiado cruel, era capaz de ver la sangre resbalando por las paredes, atravesando su techo y tintando las de su propia habitación.
Prefirió entonces evocar un rostro dulce, hermoso, apagado por la soledad. Un hombre que por alguna causa trascendental había preferido refugiarse del mundo real, esconderse incluso de sí mismo. De nuevo lo situaba en la terraza, contemplando la ciudad a sus pies, tal vez imaginándose a sí mismo en la acera, los sesos desparramados, y sabiendo que ni siquiera así sorprendería a los viandantes. Este hombre, propenso a la autocomplacencia, era sin duda pintor, o escritor, ambas cosas a la vez. Expresaba sobre lienzo y papel lo que a nadie se atrevia a confesar. Un romántico del siglo XXI, cercano a acabar con su vida tras crueles desengaños en el amor y la política, un Larra no reconocido.
Cuando se hubo convencido de que un hombre misterioso y romántico habitaba sobre su cabeza, se dijo a sí misma que quería conocerlo. En pequeño gesto altruista se propuso compartir con él la melancolía y espantar la soledad. Así, un día cualquiera, sin apenas darse cuenta, subió una planta más que de costumbre y se encontró ante la puerta cerrada del ático, con una mochila al hombro y un libro entre las manos.

Chío Beloki

1 comentario:

  1. Una historia muy interesante.

    Estoy seguro de que este proyecto que acaba de nacer se desarrollará como ustedes esperan. Realmente son muy talentosas. ¡Las felicito!

    Estaré pendiente de las próximas publicaciones. ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar